Members

Cambiemos juntos este inconveniente, Aboga Jorge Neri

Siempre y en todo momento me ha agradado leer y hacer ejercicios. Mente sana en cuerpo sano. Me pasé mi juventud entre el ejercicio y los libros. Imaginaba que era Mark Allen, 6 veces vencedor del Ironman de Hawái, o bien que era Ojo de Halcón en El último mohicano. Soñaba con grandes proezas que cambiarían el mundo y, de paso, me sacudía cierto grado de dislexia.

De esta forma, entre una aventura literaria y otra, demandaba la libertad de los oprimidos, exigía justicia y medraba en valores y principios, lo cual no era nada extraño puesto que en mi casa se charlaba de justicia, leyes y de jurisprudencia. Mi padre uno de los mejores abogados que he conocido en el planeta, siempre y en todo momento nos repetía con vehemencia, que Roma fue un imperio que conquistó el planeta, lo civilizó y modernizó merced al desarrollo del derecho.

De forma que cuando en 1992 me gradué en Derecho en la Universidad Católica Andrés Bello, no hubo ninguna duda. Se impuso la recomendación de mi padre: ir a USA. N. York es la Roma de nuestro tiempo hasta el punto de que todos y cada uno de los grandes conflictos mundiales se resolvían en la jurisdicción de la ciudad de Nueva York. Si Roma fue la cuna de la civilización antigua, Nueva York es el centro del capitalismo y, en consecuencia, del derecho civil y mercantil, una hegemonía global que pivota sobre Londres y Hong Kong.

No lo tuve fácil en la ciudad que jamás duerme. El examen de ingreso en la Escuela de Derecho de la New York University, donde me matriculé en una Maestría en Derecho Jurisprudencial, exigía un nivel de inglés superior al que yo tenía entonces. Con este handicap, y en un plazo de apenas tres meses, tuve que prepararme para un examen que muchos Americanos no lograban superar a la primera, como le ocurrió a John F. Kennedy. En fin, no había viajado desde Venezuela, dejando atrás lo que había sido mi vida hasta ese momento, incluida mi familia, para fracasar y volver con las manos vacías. En 1994 ya estaba ejercitando con todos y cada uno de los títulos oficiales como abogado colegiado miembro de la New York State Bar Association.

En mi etapa neoyorkina aprendí que no hay nada que uno se proponga que no se pueda lograr con trabajo, Jorge Neri Venezuela empeño y esmero. De esta forma, en mil novecientos noventa y cinco, me inscribí en Administración de Empresas (ADE) en la New York University, compatibilizando la bastante difícil tarea de mi trabajo como joven abogado en el prestigioso bufete Hughes Hubbard & Reed LLP (HH&R) y mis estudios de ADE en las noches. Poco después, ya era considerado uno de mejores asociados de este despacho. Incluso tuve la oportunidad de ser una parte del equipo jurídico que llevó al Tribunal Supremo de U.S.A. uno de los casos más sonados de la época en el que se dirimían derechos fundamentales, como fue la causa por discriminación por motivos sexuales contra la organización Boy Scouts of America. Por vez primera percibí, como nunca antes lo había sentido, que mi sueño infantil de mudar el planeta era una realidad al alcance de la mano.

A los 25 años viví mi segunda gran revelación. Sucedió durante una pausa en las agotadoras e inacabables jornadas de trabajo en HH&R, que aproveché para realizar mi primer viaje a España junto a unos amigos. La lectura del libro La novena revelación, de James Redfield, cambió mi vida. Su lectura se fue mezclando con la parte épica del descubrimiento de la belleza de España y su gente. Me abrió la puerta a una espiritualidad que hasta ese momento había intuido, mas que no había llegado a manifestarse de una manera tan palmaria. Desde ese momento, no he parado de leer y profundizar en mis conocimientos y experiencias espirituales, con más de 10 años en la práctica de yoga y la meditación.

De regreso a Caracas, como representante de HH&R para los países del Pacto Andino (Venezuela, Colombia, Perú, Ecuador y Bolivia), tuve la ocasión de asistir a llevar inversión extranjera a dichos países y especializarme en el lanzamiento y desarrollo de nuevos proyectos y empresas en el campo de la energía, infraestructura y eventos, como en el área de la publicidad y el marketing. En 2006 realicé un Programa Intensivo de Negociación en la Said Business School de Oxford University.

El deterioro de la situación política, económica y social de Venezuela, y la catástrofe humanitaria que se aproximaba en la mitad de un auténtico drama humano, me forzó a abandonar el país al lado de mi familia. Son instantes de confusión y desarraigo, en los que la vida que has creado se desmorona a tu alrededor, y te preguntas si vale la pena seguir adelante. En esas circunstancias, me incorporo a Cambio16, la simbólica revista cuya cabecera es símbolo y referente de la libertad de prensa e información. Y lo hice en un instante en el que este medio, al igual que el planeta que había conocido hasta entonces, parecía difuminarse en la mitad de la incertidumbre y un dudoso futuro. ¿Por qué Dios puso este proyecto de información y comunicación en mis manos? ¿Por qué razón exactamente yo? La contestación la hallé en Kierkegaard: “La vida sólo puede ser entendida mirando cara atrás, mas tiene que ser vivida hacia delante”

Tras un largo desierto al frente de Cambio16, aprendiendo una nueva industria en un nuevo país, logré arribar al destino, un proyecto cuyo “propósito es la construcción de un mundo más humano, justo y regenerativo a través del conocimiento y de la conciencia”. A lo largo del proceso de transformación, como un pilar esencial de la línea editorial, he integrado la defensa de la biodiversidad y el medioambiente. Bajo esta directriz, hemos venido cumpliendo y desarrollando dicha misión poco a poco con mayor impacto y resultados.

Más tarde, en razón de la gravedad de la emergencia climática, pasamos de la información a la acción, desarrollando una serie de eventos para cooperar, no solo en la difusión del conocimiento del inconveniente, sino más bien en la promoción de la conciencia colectiva sobre la urgencia de una participación de la sociedad en la adopción de soluciones. Ejemplos de ello son el Congreso Internacional de Sostenibilidad Medioambiental (CISM), los Premios Cambio16 (con su primordial categoría Premio Madre Tierra) y el Índice de Sostenibilidad de Cambio16 de empresas en España.

Mucha gente hoy dice que hay que cambiar, que el mundo tal como lo conocemos no tiene recorrido, que está agotado, que no hay futuro, mas muy son pocos los que realmente piensan que el cambio es posible. Y menos aún los que están prestos a dar el paso para buscar nuevos paradigmas, a trabajar y esmerarse por otro modelo de convivencia, de producción, de consumo, de preservación de los recursos naturales y de la biodiversidad. Si deseamos acelerar el cambio cara la sostenibilidad, desde todo punto de vista, debemos ayudar a las personas, empresas y organizaciones de todo tipo a elevar su nivel de conciencia para que desarrollen mejores relaciones consigo mismas, con el resto personas y con el medioambiente.

Ahora, desde la experiencia y la responsabilidad que implica aceptar el reto del cambio, he comprendido el pensamiento de Shakespeare: “Enciende un sueño y déjalo arder dentro de ti”. Nunca hemos vivido un instante tan alucinante de interconexión y desafíos: un despertar, y en esta historia todos podemos ser héroes por el hecho de que todos somos protagonistas.

Views: 3

Comment

You need to be a member of On Feet Nation to add comments!

Join On Feet Nation

© 2024   Created by PH the vintage.   Powered by

Badges  |  Report an Issue  |  Terms of Service